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PROCESIÓN DE SU DIVINA MAJESTAD

22. 05. 29

En la Festividad de la Ascensión del Señor ha tenido lugar la procesión de Su Divina Majestad por las calles de la feligrasía de San Lorenzo.

Abre el cortejo un muñidor, que porta campana de metal plateado, fechada a finales del siglo XVIII. Encabeza el siguiente tramo el guíón sacramental, obra de brocado del siglo XVIII con bordados. Este año se le ha repuesto las sietes campanas en alusión al libro del Apocalipsis, que describe los siete sellos que serán abiertos antes del regreso de Jesucristo a la tierra. Esta insignia es acompañada por dos faroles de mano antiguos de la Hermandad Sacramental de San Lorenzo. En su mismo tramo desfilan doce niños vestidos de carráncanos guiados por un pertiguero. Esta figura es una representación de los doce apóstoles.

A continuación, le sigue el estandarte sacramental obra de brocado blanco con bordados del siglo XVIII, en la parte exterior, y, en su parte interior, el escudo de la Parroquia de San Lorenzo realizado por Rosario Bernardino.

Continua la procesión con el simpecado "de diario" de la Hermandad de Roca-Amador. Fue bordado originalmente en 1742, luciendo en su centro una pintura obra de Domingo Martínez, alcalde primero en esos momentos de esa Corporación mariana, y el asta de plata data de 1696. La base de terciopelo rojo se renovó en 1972 en el taller de Sobrinos José Caro. Acompañan al simpecado los faroles de la Cruz de Guía, pareja de faroles también realizados en plata de ley por Manuel Seco Velasco y estrenados en 1973, siendo una donación de Rafael Carrión, uno de ellos, y un grupo de hermanos, el otro. Fueron restaurados en 2004 en el taller de Jesús Domínguez Machuca.

Continúa el pendón sacramental, insignia con forma de bandera recogida, estrenado en 1984 y elaborado con tela de damasco roja, a la que se pasaron bordados de un antiguo estandarte. Dichos trabajos fueron realizados por el antiguo sacristán de San Lorenzo, Ignacio Escobar. En 1990 Manuel Seco Velasco realizó un asta basada en repujados clásicos, adaptándole la Cruz del antiguo estandarte de la Soledad, aunque con modificaciones sobre el remate original. Mide 302 centímetros de altura. Es flanqueado por dos varas del siglo XIX realizadas en madera negra en su vástago y metal plateado en el regatón y la galleta, que representa a unas figuras de las Animas Benditas abrazadas a una Custodia Sacramental.

Forma parte del cortejo un pertiguero con el libro de reglas de la Hermandad Sacramental, acompañados de cuatros varas de plata de la Cofradía. El siguiente de los enseres es el estandarte de la Hermandad, insignia corporativa y de cuya primera aparición en nuestro cortejo tenemos constancia del estrenado en 1898, que fue pasado en diversas ocasiones como ocurrió en 1954 en el taller de Carrasquilla. Posteriormente, tras la fusión con la Sacramental en 1977, se bordó otro en los talleres de Esperanza Elena Caro, pasado en 1992 con el nuevo escudo. La actual insignia fue estrenada en 2002 y bendecida por el Arzobispo de Sevilla, el Cardenal Carlos Amigo en la Función Principal de Instituto. Está bordado sobre terciopelo negro con oro y sedas, y tiene la novedad de incorporar una guardilla. El diseño fue de José Manuel Elena Martín y la ejecución de Rosario Bernardino Díaz. El asta de plata de ley fue estrenada en 1957, aunque su remate se sustituyó por otra Cruz en 1967 labrada por Jesús Domínguez Vázquez, que emula la del estandarte de Roca-Amador.

Sigue la procesión con la Cruz alzada que poseía la Hermandad Sacramental de San Lorenzo. Fue restaurada profundamente en 1973 cuando se encontraba en pleno proceso de fusión con la Cofradía de la Soledad. Sobre esta insignia -fechable originalmente en el siglo XVIII- intervino Antonio Díaz Fernández dorándola completamente, incorporando el escultor Manuel Domínguez Rodríguez la imagen de San Lorenzo y cuatro evangelistas en el cuerpo central. Sobre la pintura de estas figuras intervino en 1984 Manuel Caballero Pérez.

La ropa de acolitaje se ejecutaron en el taller de Hijos de Eduardo Rodríguez un juego de diez dalmáticas de damasco blanco y rojo, como así dos ropones rojos en el mismo tejido, que es utilizado en el culto al Santísimo Sacramento. 

Como cierre al cortejo, el palio del Santísimo Sacramento. Es una pieza de brocatel con galones de oro de finales del siglo XIX. Cobija al Santísimo Sacramento en su Custodia, y es flanqueado por seis faroles.