Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para su funcionamiento, mostrar contenido multimedia, analizar hábitos de navegación, crear estadísticas de uso y ofrecer sus servicios. Puede deshabilitar su uso, eliminar, u obtener más información sobre estas cookies en nuestra política de cookies. Al visitar este sitio web consiente el uso de estas cookies. Para más información, consulte nuestra política de cookies.

En los Pregones - Antonio Rodríguez Buzón

Índice del artículo

Antonio Rodríguez Buzón (1956).

 

(...) y por último, iremos al encuentro de La Soledad. Sí, iremos al encuentro de la Virgen de la Soledad, con pisada arrastrada al peso del cansancio y como sostenidos por ese hilo suspirante que parece surgir de cada esquina cubierta por la húmeda yedra noche. Sí, iremos al encuentro de la Soledad mientras llueven las estrellas expectantes. Y sola ya la noche. Y sola la sangre. Y sola la mirada. Y solo el silencio. Y sola la frente. Y sola la ilusión. Y sola, hasta la voz cansada y hueca del capataz, que después de pasear en triunfo una y otra vez a la Madre de Dios por las calles de Sevilla, se encuentra inesperadamente apagada y sola ante su bendita Soledad.

Todo solo ante la Soledad. Sola la brisa. Solo el espíritu. Solo el recuerdo y solo el grito, que de hacerse copla, exclamaría por el espacio huérfano de música y sonido en la triste noche penitencial:

 

¡Qué sola la Soleá!

camino de San Lorenzo

por la luna acompañá.

 

 

 

el 26 Noviembre 2011
Visto: 46542