A principios de siglo la Hermandad de la Soledad ya sacaba una bandera concepcionista celeste que fue sustituida primero en 1942 por la ejecutada por Hija de Eduardo Rodríguez con un costo de 200 pesetas, que a su vez volvió a cambiarse en 1951 por otra bordada en los talleres de Guillermo Carrasquilla Rodríguez con un valor de 5.200 pesetas. Por último en 1990 se estrenó el actual paño de seda celeste con una orla de hojilla y el texto «TOTA PULCHRA ES, MARIA, ET MACULA ORIGINALIS NON EST IN TE. MDCCCLIV» bordados por Rosario Bernardino Díaz. Fue bendecida esta insignia en la Función Principal de 1990 por el Obispo Auxiliar de Madrid-Alcalá Agustín García-Gasco. Su dimensión es de 105 centímetros de alto por 88 de ancho. El asta fue repujada en plata de ley por Manuel Seco Velasco en 1957 y lleva un remate en metal plateado que representa el anagrama de María. Su altura es de 302 centímetros.

Está flanqueada la insignia mariana por una pareja de faroles procedente de la Hermandad Sacramental, que fueron restaurados en 1989 en los talleres de Viuda de Villarreal.