La Solemne Veneración de Nuestra Madre en su Soledad marca la antesala de esta nueva Cuaresma., una veneración donde nuestra Madre se dispone a la cercanía de los fieles.
La priostía de la Hermandad ha realizado un montaje que se compone de cortinas de damasco y terciopelo negro donde se sitúa el paño de difuntos bordado proveniente de la Hermandad Sacramental de San Lorenzo y que custodia nuestra Hermandad. El mismo es obra del bordador José Medina y Futimán, fechado entre 1750 y 1756.
En la parte inferior sobre una consola se ha situado el relicario del Beato Marcelo Spinola, custodiando dicha reliquia dos ángeles del paso de la Santísima Virgen.
Blandones, candeleros y faroles arropan a la Mª. Stma. en su Soledad, pudiendo apreciar además el exorno floral en ramos cónicos de claveles recuperando así la forma primitiva del exorno floral del paso de la Santísima Virgen.
La Santísima Virgen está ataviada con la saya de cultos solemnes de sobrinos de José Caro de 1970, manto de salida obra de Josefa Antúnez, 1867-1875, diadema neobarroca de oro obra de Viuda de Villareal en 1978 y puñal de oro conocido como el «puñal de las hermanas» obra Jesús Domínguez Machuca, 1996. Se complementa con tocado de guipur en forma de pico de primeros del siglo xx y encaje antiguo de la Santísima Virgen, de manera que se recupera una antigua estampa, propia de los primeros años del siglo XX. La cruz de oro fue regalo de los hermanos que cumplieron sus bodas de oro en la Hermandad el año pasado.
En las cornisas aparecen unas antiguas molduras y pináculos pertenencientes al antiguo Monumento Eucaristico de San Lorenzo.
En definitiva, una veneración que nos trae al recuerdo. Veneración de añoranzas donde nuestra Madre nos arropa en los momentos de angustia y soledad. Porque Ella después de este destierro, siempre nos muestra a Jesús.