Durante estas jornadas la Virgen lució la saya blanca que en su día le regalara la Hermandad de la Reina de Todos los Santos tras su estancia en la Parroquia de San Lorenzo y el manto que luce habitualmente en la Estación de Penitencia de todos los Sábados Santos, componiendo así una estampa que hacía muchos años que no se veía.
Tras la Imagen de Nuestra Señora se pudo observar el frontal de Su paso y la Cruz vacía con el Sudario, conformando así el Stabat Mater.
El exorno floral estuvo compuesto en su mayoría por alhelíes y al pie de la Cruz un monte de lirios morados.