Las dalmáticas y albas que visten los acólitos han sufrido varias renovaciones, y tenemos noticias de las que se estrenaron en 1927 realizadas en brocatel negro por Juan Bautista Gimeno, que fueron sustituidas en 1957 por las que se ejecutaron en el taller de Hijos de Eduardo Rodríguez, que permanecieron hasta 1988 cuando Miguel Domínguez realizó las actuales. Estas son doce mayores y dos menores para el niño que lleva la naveta y el que le auxilia con la carboncilla. Este mismo sastre realizó un año después otro juego de diez dalmáticas de damasco blanco y rojo, como así dos ropones rojos en el mismo tejido, que es utilizado en el culto al Santísimo Sacramento.
Igualmente sirven a la Cofradía dos parejas de servidores que procesionan en la Cruz de guía y junto al paso. Los trajes que visten están basados en el de gala de los maestrantes sevillanos, con iguales galones y botonaduras. Fueron confeccionadas en 1985 por el maestro sastre soleano Fernando Rodríguez Avila.