Las insignias identificativas de la Hermandad de Nuestra Señora de Roca-Amador, que tiene origen en 1691, unida a la Sacramental de San Lorenzo en 1844 y por último a la de la Soledad en 1977, son dos estandartes.

El primero de ellos es el denominado «de gala», y está ejecutado sobre tejido de tisú blanco, bordado con hilos de oro, seda de colores y pedrería, representando en su parte central una reproducción pictórica de la Virgen de Roca-Amador. Se tiene noticia que esta insignia procesionó en 1719 en el cortejo de la cofradía del Gran Poder.

El segundo estandarte, llamado «de diario», es el que sale en la procesión penitencial, de peso y dimensiones bastante más reducidos (88 centímetros de ancho por 150 de alto), fue bordado originalmente en 1742 con una pintura central Santa María de Roca-Amador obra de Domingo Martínez, Alcalde primero en esos momentos de esa Corporación mariana. La base de terciopelo rojo se renovó en 1972 en el taller de Sobrinos de José Caro. El asta que fue cincelada en plata en 1696, tiene una altura de 295 centímetros y su travesaño 108.

Esta insignia está flanqueada en la procesión penitencial del Sábado Santo por una pareja de faroles, proceden del juego de seis de la Sacramental, que fueron restaurados por el taller de Viuda de Villarreal en 1989 e iguales a los que van junto a la bandera concepcionista. Sin embargo en la procesión sacramental del Domingo de la Ascensión le acompañan los faroles de Cruz de guía.

Fue restaurado en las dependencias del Instituto Andaluz del Patrimonio Artístico (I.A.P.H.) en el año 2.008, que recomendaron su conservación en posición horizontal para evitar su deterioro. Es por lo que desde entonces se encuentra expuesto en una vitrina en la capilla de Santa Ana en esa posición. Este estandarte es el denominado de gala.