Esta es una procesión más intima y menos conocida quizás que la del Sábado Santo, pero podríamos decir que es una de las joyas de la Sevilla Oculta, con reminiscencias de otros tiempos. Aquí y dado las fechas en que se celebra lo invade todo la luz, muchos hermanos visten de chaqué para acompañar al Santísimo, y pueden verse insignias sacramentales y todo el esplendor oculto de la antigua hermandad Sacramental de San Lorenzo Mártir, que se encuentra fusionada la Hermandad de la Soledad.
El recorrido varía según los años en función de los enfermos que haya que visitar, aunque quizás uno de los lugares más hermosos donde poder contemplar la comitiva es en la Calle Santa Clara, delante del Convento de las Madres Reparadoras y del Palacio de los Bucarrelli. Igualmente otro de los momentos más típicos de la procesión es a la entrada en la Plaza de San Lorenzo, donde se procede a dar la bendición a todos los presentes, y las bandas rinden honores a Jesús Sacramentado.