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ENCUENTRO DE HERMANDADES DEL SÁBADO SANTO Y DOMINGO DE RESURRECCIÓN

La Hermandad de la Soledad acoge el Encuentro de Hermandades del Sábado Santo y Domingo de Resurrección

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MAÑANA DE SÁBADO SANTO EN SAN LORENZO

Con el recuerdo reciente en la memoria del pasado Sábado Santo, recordamos la mañana previa a la Estación de Penitencia, jornada en la que los sevillanos quisieron acompañar a la Santísima Virgen en su Soledad momentos antes de que la Cruz de Guía comenzara su discurrir hacia la S. I. Catedral.

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ADHESIÓN A LA SOLICITUD DE LA MEDALLA DE SEVILLA PARA N. H. D. JOSÉ ANTONIO MALDONADO ZAPATA

La Hermandad de la Soledad ha acordado solicitar al Ayuntamiento de Sevilla la Medalla de la Ciudad para N. H. D José Antonio Maldonado Zapata.

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2.1.2A finales del siglo XVII la Hermandad Sacramental de San Lorenzo quiso mejorar el espacio de culto y para ello se encontró con la posibilidad de unir dos capillas existentes en el flanco sureste de la iglesia de San Lorenzo, hecho que se lograría no sin grandes dificultades. En concreto la pretensión era unificar la capilla de Santa Ana cuyo patronato había dejado Pedro de Torres Urrutia al hospital de la Misericordia, con la colindante que había sido ofrecida a la Cofradía por el caballero veinticuatro Juan de Esquivel Medina y Barba.

El mayordomo Juan Díez de Valdivieso consiguió el 23 de agosto de 1694 del Cabildo de la Ciudad una superficie de algo más de dos varas cuadradas para que la construcción pudiera «quedar con perfección». Dos días después solicitó licencia al Arzobispado cuestión que se desautorizó en principio aunque tras rápido recurso fue admitida. El 29 de octubre de 1694 se firmó una escritura notarial con el maestro cantero Silvestre Jordán, que ejecutó las cuatro columnas de «jaspe encarnado», así como los «billotos», las «varas de gradas», ocho pilastras y otras diversas labores con un costo total 17.037 reales.

Con el cambio de siglo la obra se paralizó durante más dos años debido a una controversia que dirimía sobre si se había de mantener o demoler la bóveda existente, decidiéndose el 23 de abril de 1702 adoptar esta última postura unificando de esta manera los tejados, cuestión de la que era partidario el I marqués de Vallehermoso, Francisco Antonio Bucarelli y Villacís. Este personaje fue fundamental en esta empresa y en la ejecución del retablo que terminó en 1704 el maestro Pedro Ruiz Paniagua.

Tras la búsqueda de fondos y consecución de diversas labores se llegó por fin, a la mañana del 29 de julio de 1708 cuando se colocó solemnemente el Santísimo Sacramento en su altar, «auiendose para ello adornado la Yglesia y sus Capillas con la desensia y primor que no se esperaba respecto la calamidad de los tiempos y que con más cuidado y aseo se auia adornado el Altar maior y Capilla del Sagrario».

Una vez concluidas las obras de la Capilla se acordó aderezarlas con pinturas dedicadas al Santísimo, proyecto que comenzó en 1707 el maestro Francisco Pérez de Pineda, aunque en algún momento indeterminado esta obra quedó paralizada. Sabemos que una década después el pintor Domingo Martínez se comprometió a terminarla siendo contratado junto a Gregorio de Espinal para terminar la decoración pictórica el el 21 de de octubre de 1717.

En 1733 fue encargada una pareja de ángeles lampareros al escultor Benito de Hita y Castillo en lo que constituyó su primera obra documentada. Se encuentran en la parte superior de las columnas más alejadas del altar y sabemos en 1743 su autor los restauró, probablemente para adaptarlos a unas nuevas lámparas.

La capilla es un espacio de planta basilical de una sola nave, con cabecera plana y crucero, que se consiguió al colocar en la prolongación de los muros de la nave cuatro columnas marmóreas de orden toscano. El acceso se realiza bien desde la nave exterior de la Parroquia, del lado de la Epístola, superando la reja, frontalmente al altar mayor, o bien lateralmente ya que existe una comunicación con la capilla mayor del templo. En las cubiertas destaca una media naranja sobre pechinas en el crucero.

El retablo barroco fue realizado en 1703 por Pedro Ruiz Paniagua y se compone de un solo cuerpo dividido en tres calles y un ático con la presencia de columnas salomónicas. En el camarín central se halla una Inmaculada datable hacia la mitad del siglo XVIII, complementándose las calles laterales con las imágenes de San José con el Niño Jesús y Santa Ana con la Virgen Niña. En el ático se sitúa una talla del Niño Jesús, con su Sagrado Corazón sobre el pecho y se culmina con la Trinidad, con un relieve del Padre y las figuras en bulto redondo de la paloma representativa del Espíritu Santo y el Hijo, en iconografía pasionista.

Gran interés tienen las pinturas murales, que fueron comenzadas en 170 por Francisco Pérez de Pineda y culminadas una década después por Domingo Martínez y Gregorio Espinal. Representan la temática eucarística y es de notoriedad la presencia del escudo de la familia Esquivel con la leyenda «ESTA CAPILLA Y ENTIERRO FUNDÓ EL SEÑOR JORGE DE MEDINA I BARBA I OI LA POSEE D. JUAN DE ESQUIVEL MEDINA I BARBA QUE DIO USO A LA HERMANDAD DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO. AÑO 1694».

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2.1.1aLa Capilla donde se venera desde 1868 la Imagen de la Virgen de la Soledad es uno de los espacios más antiguos de la Parroquia de San Lorenzo, y debió tener un origen mudéjar al igual que la del Cristo de las Fatigas situada al otro lado de la nave exterior del lado del Evangelio. Esta nave, como ocurre con la externa del lado de la Epístola que linda con la plaza de San Lorenzo, fue añadida en el siglo XVII con la ampliación del templo a su estado actual de cinco naves. Por tanto, en origen la actual entrada donde se sitúa la reja debía ser un muro cerrado frontero a la calle, y el acceso al espacio capitular se haría por la zona sur que hoy alberga el altar de la Virgen de Belén.

El recinto consta de una planta cuadrada cubierta por una bóveda ochavada que descansa sobre trompas angulares, y hacia la zona oeste está otro tramo menor con bóveda de cañón donde está colocado el retablo rocalla, originario del siglo XVIII, compuesto de un cuerpo y tres calles, con soportes de estípites y rematado por un ático de perfiles curvos. Flanqueando el camarín se encuentran las tallas de San Pascual Bailón y San Benito. En época posterior recibió culto en esta Capilla la imagen de la Pastora que hoy reside en San Antonio de Padua.2.1.1

El traslado urgente desde la parroquia de San Miguel, realizado como consecuencia de la revolución de septiembre de 1868, fue debido a la decisión del entonces cura de esa desaparecida parroquia Eugenio Fernández Zendrera, que era entonces hermano mayor de la Soledad y que pasó a ser presbítero adscrito a San Lorenzo. La Hermandad efectuó entonces a sus expensas una gran reforma integral del espacio capitular con la colocación de una de las dos rejas que poseía de la capilla propia de San Miguel y que tiene la leyenda «CAPILLA PROPIA DE LA PONTIFICIA, REAL Y PRIMITIVA HER/dad. Y COFRADÍA DE NAZARENOS DE Ntra. Sra. DE LA SOLEDAD». Además se construyó, sobre el llamado corralejo, la sacristía con sala superior y las actuales fachadas a las calles Eslava y Hernán Cortés.

En 1957 con motivo de las fiestas y actos del IV Centenario de la Hermandad se efectuó una profunda remodelación, actuándose sobre el altar, con ampliación del camarín y redorado de todo el conjunto. Igualmente se colocó solería y zócalo de mármol, se instalaron nuevas puertas de carpintería y se decoró la bóveda con pinturas murales de Rafael Blas Rodríguez. En las paredes laterales se encuentran dos lienzos dieciochescos que representan la Adoración de los Magos y los Desposorios de la Virgen.

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ciarialesEl cuerpo de acólitos que precede el paso de la Virgen de la Soledad porta seis ciriales, dos incensarios y una naveta, piezas que fueron ejecutadas en plata de ley por Manuel Seco Velasco en 1957, que también labró el medallón que lleva el pertiguero en el pecho así como su pértiga, aunque esta pasó al nazareno portador del libro de reglas, utilizándose en la actualidad una procedente de la Sacramental del siglo XVIII. Los ciriales miden 211 centímetros y los incensarios 25 por 12. Las antiguas piezas fueron ejecutadas por Francisco Bautista Lozano en metal plateado en 1943, entregándose una pareja de ciriales a la Real Maestranza para el culto de su capilla de la Virgen del Rosario, queriendo reconocer de alguna manera las donaciones que realizaron a la Hermandad de la Soledad con motivo del IV centenario.


Las dalmáticas y albas que visten los acólitos han sufrido varias renovaciones, y tenemos noticias de las que se estrenaron en 1927 realizadas en brocatel negro por Juan Bautista Gimeno, que fueron sustituidas en 1957 por las que se ejecutaron en el taller de Hijos de Eduardo Rodríguez, que permanecieron hasta 1988 cuando Miguel Domínguez realizó las actuales. Estas son doce mayores y dos menores para el niño que lleva la naveta y el que le auxilia con la carboncilla. Este mismo sastre realizó un año después otro juego de diez dalmáticas de damasco blanco y rojo, como así dos ropones rojos en el mismo tejido, que es utilizado en el culto al Santísimo Sacramento.incensarios


Igualmente sirven a la Cofradía dos parejas de servidores que procesionan en la Cruz de guía y junto al paso. Los trajes que visten están basados en el de gala de los maestrantes sevillanos, con iguales galones y botonaduras. Fueron confeccionadas en 1985 por el maestro sastre soleano Fernando Rodríguez Avila.


naveta

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cruzparroquialLa Cruz alzada que poseía la Hermandad Sacramental de San Lorenzo fue restaurada profundamente en 1973 cuando se encontraba en pleno proceso de fusión con la Cofradía de la Soledad. Sobre esta insignia fechable originalmente en el siglo XVIII intervino Antonio Díaz Fernández dorándola completamente, incorporando el escultor Manuel Domínguez Rodríguez la imagen de San Lorenzo y cuatro evangelistas en el cuerpo central. Sobre la pintura de estas figuras intervino en 1984 Manuel Caballero Pérez. Esta cruz mide 292 centímetros de alta y 80 de ancha. Esta insignia abría el tramo quinto de la Cofradía hasta 2008, siendo sustituida al año siguiente por el guión de la vida. Actualmente se integra en el cuerpo de acólitos.

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bocinasLas dos bocinas fueron estrenadas el Viernes Santo de 1940 y fueron realizadas en metal plateado por Manuel Seco Velasco por 1.200 pesetas. Su longitud es de 95 centímetros, y el diámetro de la base 23. Los paños de terciopelo negro bordados en oro y sedas, fueron realizados en el Convento de las Adoratrices por 2.200 pesetas. En la Semana Santa de 2002 se estrenó su pasado que realizó Rosario Bernardino entre septiembre y octubre del año anterior.

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estandarteEl estandarte es la insignia corporativa y tenemos constancia de la existencia del estrenado en 1898 que fue pasado en diversas ocasiones como ocurrió en 1954 en el taller de Carrasquilla. Posteriormente tras la fusión con la sacramental de 1977 se bordó otro en los talleres de Esperanza Elena Caro, pasado en 1992 con el nuevo escudo. La actual insignia fue estrenada en 2002 y bendecida por el Arzobispo de Sevilla Carlos Amigo en la Función Principal. Está bordado sobre terciopelo negro con oro y sedas, y tiene la novedad de incorporar una guardilla. El diseño fue de José Manuel Elena Martín y la ejecución de Rosario Bernardino Díaz. El asta de plata de ley fue estrenada en 1957, aunque su remate se sustituyó por otra Cruz en 1967 labrada por Jesús Domínguez Vázquez, que emula la del estandarte de Roca-Amador. Sus dimensiones son de 340 centímetros de alto por 50 de ancho.


Está flanqueado por cuatro varas del juego que en 1957 labró Manuel Seco Velasco.

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librodereglasEl libro que custodia la normativa por la que se rige esta Hermandad de la Soledad, tiene tapas rígidas forradas de terciopelo negro con cantoneras, broches y escudo corporativo realizados en plata de ley por Manuel Seco Velasco en 1957. Las dimensiones del libro son de 33 por 22 centímetros. Las pinturas centrales que representan al Santísimo Sacramento y a la Virgen de la Soledad representada en una idealización de su antigua iconografía, fueron realizadas en 1987 por el Taller Isbilia. Se conservan las tapas de las antiguas reglas en metal plateado realizadas por Francisco Bautista Lozano en 1941.


La pértiga que acompaña a las reglas fue realizada en plata de ley en 1957 por Manuel Seco Velasco.

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